Viaje a Huancayo: MoodleMoot Perú 2024
El viaje a Huancayo estuvo enmarcado por una experiencia de cuatro días en el hermoso país del Perú, donde se llevó a cabo el primer MoodleMoot Perú 2024 en la Universidad Continental. Connexxio Media estuvo presente en el evento, participando activamente con su conferencia sobre la metodología de e-learning 3D aplicada en un proyecto de formación masiva en el gobierno colombiano.
Desde la llegada a Lima, se sintió esa expectativa única de conocer un país por primera vez, una sensación que te llena desde el primer momento en que te subes al avión. El plan era llegar a la capital, y luego, en la noche, tomar un bus hacia Huancayo para poder asistir al evento en la Universidad Continental.
Miraflores y su inmenso mar
Al llegar al aeropuerto de Lima, la idea era tomar un transporte hacia el distrito de Miraflores, específicamente a un punto que converge con el centro comercial Larcomar, conocido por su exclusiva variedad de almacenes, restaurantes y tiendas, y su impresionante vista directa al océano Pacífico. Es un lugar que ofrece un espectáculo visual increíble de toda la costa peruana, con un parque ideal para un paseo relajante, donde el paisaje despeja cualquier duda sobre la magnificencia de este lugar.
Tuve la oportunidad de desayunar en un Starbucks con vista al mar, donde aproveché para trabajar durante un buen rato. Una particularidad de Lima es su cielo siempre nublado, sin un rayo de sol visible, y con una temperatura baja de alrededor de 13 grados, lo que generaba una sensación especial de nostalgia y abrigo.
Después de organizar mi pasaje en el café, me dirigí hacia la gran terminal terrestre Plaza Norte de Lima, compré el boleto a través de la app Red Bus, que recomiendo mucho para trámites de transporte terrestre. Finalicé mi visita a Miraflores con una última mirada a esa hermosa vista al mar.
Gran Terminal Plaza Norte, inicio del viaje a Huancayo
Llegué alrededor del mediodía al centro comercial Plaza Norte, un gigantesco mall en Lima que conecta con la Gran Terminal Plaza Norte, donde la oferta de tiendas, comidas y servicios es realmente completa. Pasé la tarde en el Starbucks del mall preparando mi presentación para la conferencia en Huancayo.
Antes de partir, exploré las exposiciones de Dragon Ball, Star Wars y Caballeros del Zodiaco (Saint Seiya) que había en el mall, algo inesperado y sorprendente. Almorcé un buffet con platos de la gastronomía peruana, como el arroz chaufa y mariscos, acompañado de la popular gaseosa peruana Inka Cola. Para la cena, opté por un sándwich de La Lucha Sanguchería, que ya había probado en sus sucursales en Bogotá, Colombia.
Por la noche, me dirigí a la terminal para tomar el bus hacia Huancayo.
Viaje a Huancayo, la experiencia que tuve que imaginar
El bus salió a las 10:30 pm, y el viaje a Huancayo tomó entre 8 y 9 horas, incluyendo paradas y otros contratiempos. Sin embargo, al quedarme dormido durante todo el trayecto, me perdí de ver el camino. Aunque no lo viví, pude averiguar algunos detalles sobre lo que ocurrió durante el viaje.
Una particularidad fue que mis oídos se taparon en una parte del recorrido, lo que me despertó desconcertado. Descubrí que esto ocurrió porque el bus atravesó un sector llamado Ticlio, ubicado a 4.818 metros sobre el nivel del mar. A esa altitud, tanto el oxígeno como el cuerpo humano experimentan varias adaptaciones, lo que explicó mi dolor de oído. Durante el viaje, también se pasa por poblaciones como La Oroya y Jauja, esta última fundada en 1534, antes de Lima, y que fue considerada la primera capital del Perú.
El trayecto de aproximadamente 300 km hasta Huancayo, una ciudad situada a 3.300 metros sobre el nivel del mar, terminó con una llegada a las 7:10 am, después de 9 largas horas, pero finalmente llegué sano y salvo.
Huancayo, fría en clima pero cálida en su gente
Al llegar, me dirigí directamente al Airbnb, y el taxista rápidamente identificó que era extranjero, brindándome una atención increíblemente amable. Me habló de su ciudad, pero no de sus atractivos turísticos, sino de la corrupción que afecta a la región, algo que no esperaba, aunque sus consejos sobre el transporte en Huancayo fueron útiles.
El Airbnb estaba en orden, pero la ducha no calentaba completamente el agua, y con la sensación térmica de frío, cada gota se sentía como una espada helada en mi cuerpo. Sin embargo, viniendo de Bogotá, donde también hace frío, no fue un gran problema.
Salí hacia la Universidad Continental para el evento. Esta universidad es hermosa, con instalaciones espectaculares y un personal extremadamente amable y servicial desde el primer momento.
Los dos días del evento fueron maravillosos, tanto por las personas que conocí como por las experiencias gastronómicas que viví. Si algo destaca de Perú es su gastronomía, amplia y poderosa. Un detalle especial es el amor por el pollo en todas sus versiones posibles: asado, a la parrilla, broaster, sudado, frito, etc.
Una particularidad de Huancayo es su sistema de transporte, que incluye vehículos formalizados que realizan rutas para varios pasajeros, pero no son vans ni buses grandes, sino automóviles adaptados para este fin. Los taxis y el transporte por aplicaciones también son comunes.
En las calles, todos los vehículos particulares están identificados como transporte público, lo que genera una sobreoferta de transporte muy especial. Esto se traduce en un constante ruido de bocinas, ya que todos los conductores pitan para ofrecerte un viaje.
Los restaurantes en Huancayo, como El Mesón y Huanka Kaina, con toda la cultura peruana en sus instalaciones, hicieron que mi experiencia en la ciudad se sintiera familiar, acogedora e inmensa. Más allá de los inconvenientes típicos de cualquier viaje, como olores desagradables, cosas que no funcionan o transportes que parecen funcionar de milagro, todo eso se vuelve irrelevante ante la calidez de la gente que conocí y llevo en mi corazón, como Rafa, Delia, Michaela y Niuman, quienes me brindaron una atención que me hizo sentir seguro, querido y con muchas ganas de volver a Perú.
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